La Catedral de Nuestra Señora del Rosario es uno de los íconos más representativos de Facatativá y símbolo de la fe católica en la región. Su historia se remonta a 1601, cuando el Oidor Diego Gómez de Mena ordenó la construcción de una iglesia en piedra y teja que sirviera como punto de unión para los pueblos de Facatativá y Chueca.
A lo largo de los siglos, la catedral ha sido testigo de importantes acontecimientos de la vida local. Tras el devastador terremoto de 1967, el obispo monseñor Raúl Zambrano Camader impulsó su reconstrucción, esta vez bajo un majestuoso estilo neoclásico, que le otorgó la imponencia arquitectónica que hoy la distingue.
Actualmente, es la sede principal de la diócesis de Facatativá y está consagrada a la Virgen del Rosario, convirtiéndose en un lugar de encuentro espiritual, cultural e histórico. La catedral no solo es un centro de fe, sino también un referente patrimonial que enmarca la identidad de los facatativeños.