El Parque Arqueológico de Facatativá resguarda uno de los conjuntos más amplios de pintura rupestre de la sabana y del país, reunido en una misma área de gran valor cultural y natural. Sus pictografías fueron plasmadas sobre imponentes formaciones rocosas de tamaños monumentales y formas singulares, que invitan a contemplar la majestuosidad del paisaje. Recorrer el parque y observar sus enormes rocas y la diversidad vegetal permite comprender cómo se ha transformado el entorno natural desde la llegada de los primeros pobladores de la sabana hasta la actualidad.
La pintura rupestre constituye una de las expresiones más antiguas de la humanidad, manifestada a través de pinturas, grabados y tallados sobre superficies rocosas. Su nombre proviene del latín rupes, que significa roca, y representa la capacidad creativa y simbólica del hombre en tiempos milenarios. En diferentes regiones del mundo se encuentran vestigios de más de 30.000 años de antigüedad, donde los seres humanos dejaron trazos en la piedra como testimonio de su pensamiento, creencias, territorios y habilidades, hoy reconocidos como parte del patrimonio arqueológico universal.

En este escenario único, el Parque Arqueológico de Facatativá alberga más de 60 conjuntos pictográficos que han perdurado a lo largo de los siglos, convirtiéndose en un legado invaluable para la historia y la identidad cultural de Colombia. Estos vestigios no solo son testimonios del pasado, sino también una invitación a valorar, proteger y difundir el patrimonio arqueológico que guarda la memoria de las comunidades ancestrales de la región.
Si quiere conocer más de esta expresión milenaria, visita en Parque Arqueológico de Facatativá